Nicolás Bartolomé es el autor del libro Filandón, en el que recopila literatura popular de las provincias de León y Zamora.
Entrevista (Diario de León)
E. GANCEDO LEÓN
«Tres cousas tien L.laciana/ que nun las tien L.lión,/ la Cruz de Cuetu Nidiu,/ Las Rouzas ya Tambarón».
Más de 250 páginas de cantares, adivinanzas (las populares cosillinas ), teatro, refranes y romances componen Filandón. Lliteratura popular llionesa , el libro de Nicolás Bartolomé Pérez que constituye todo un hito, un antes y un después en el estudio de la lengua tradicional de nuestra región. Todas las manifestaciones del leonés dispersas aquí y allá en libros comarcales, palabreros, prensa, y, sobre todo, en boca de nuestros paisanos, están aquí, por fin y por primera vez, fijadas.
Ha venido estudiado muy profundamente la literatura popular leonesa en nuestra lengua autóctona. ¿Cuáles son sus raíces, cuál es su relación con León?
-Soy y me siento leonés, nací en León y toda mi familia es leonesa. Aunque he vivido en Asturias prácticamente toda mi vida, la relación y el contacto con mi tierra y mis paisanos ha sido y es permanente. Me apasiona todo lo leonés.
-¿Desde cuándo y por qué razón ha venido rastreando y estudiando estos fenómenos?
-Me interesa la tradición oral desde niño, en el entorno familiar de mi infancia oí contar cuentos y leyendas tradicionales, cantar canciones populares y ramos o proponer adivinanzas. Mi primer contacto con la literatura popular lo fue en su expresión más genuina, la oral. El interés por la lengua comenzó al constatar las semejanzas entre la forma de hablar de los asturianos y la que yo observaba en León, especialmente en ciertas comarcas. Me intrigaba el que, en casa, mi madre o mis abuelos emplearan en ciertos contextos verbos o palabras como falar , prestar o piqueiro , que también se usaban en Asturias y que evidentemente no eran castellano. Esas y otras muchísimas semejanzas se convirtieron en curiosidad por el tema que me ha llevado a publicar este libro y varios artículos en revistas especializadas.
-¿Y la idea de escribir el libro?
-La idea de una antología surgió hace ya unos años al releer la obra de María Josefa Canellada Cuentos populares asturianos , donde esta académica recopiló un centenar de cuentos tradicionales, casi todos en lengua asturiana. En Filandón se incluyen también otros géneros populares, pero la principal obra de referencia fue esa.
-¿Qué aportaciones son las más novedosas?
Filandón es una antología de literatura popular en asturleonés y tiene un afán claramente divulgativo; así, todos los textos van acompañados de un breve comentario etnográfico, lingüístico, literario o de otro tipo, depende de cada caso, que sirve para apreciar y valorar cada pieza en el contexto de la cultura popular leonesa. Sin embargo, hay algunas cuestiones donde se hizo inevitable profundizar un poco como ocurre con las páginas dedicadas a analizar la enorme importancia que tuvieron los filandones y seranos en nuestra tierra. El mérito del libro, si es que tiene alguno, está en quienes desde hace un siglo han venido recopilando cuentos, cantares y demás textos tradicionales de los hablantes patrimoniales de asturleonés. De todos estos compiladores se trata en la introducción del libro.
-El libro, además, está escrito en leonés...
-Yo me he limitado a intentar dar una visión conjunta y actualizada de este patrimonio, con una aportación personal como es el hecho de que el libro está redactado en nuestra lengua, una cuestión de coherencia personal y de compromiso con el futuro del idioma.
-¿Se ha encontrado con «sorpresas» que no se esperaba?
-Hay numerosos aspectos de la literatura popular leonesa que tienen gran interés, en concreto y por centrarnos en la asturleonesa, hay evidencias y restos, auque mínimos, de un romancero en asturleonés. El caso de La lloba parda es muy significativo, conocemos una versión en esta lengua recogida probablemente antes de 1950 por Wenceslao Bardón en tierras cepedanas o en las ribera alta del río Órbigo, que hay que vincular con otras versiones en mirandés de este fascinante romance. Por otro lado, hay un texto muy notable, que no se reproduce en el libro ya que se eliminó a última hora, como es el ramo de La Cabreira que recogió y publicó a principios del siglo XX Pepe Aragón en su novela Entre brumas . Es el único ramo que conoce en asturleonés.
-¿Y no se conocía ese texto anteriormente?
-Esa composición fue estudiada por José Luis Alonso Ponga, quien puso de manifiesto su relevancia por su carácter de representación participativa con escenas más propias de las pastoradas leonesas. ¿Es acaso esta pieza un último vestigio de un teatro popular donde se usaba en alguna medida el asturleonés? Puede ser. Por otro lado, un pareado con estructura de frase proverbial y con todas las trazas de ser popular, si es que no se trata de un refrán de tradición oral, como es Por novedades no vos matedes, faránse vieyas, saber las hedes , aparecía en la cabecera de una de las primeras publicaciones periódicas leonesas, el Mercurio Sublantino , que se publicó en 1813.
-¿Cuál es la situación actual de la lengua tradicional en León?
-Actualmente quedan muy pocos hablantes patrimoniales de asturleonés, seguramente su número está por debajo de las 5.000 personas, o incluso muchos menos, no lo sabemos con certeza. Lo único seguro es que en pleno siglo XXI continúa habiendo leoneses y zamoranos que se expresan en asturleonés, prácticamente todos ellos son bilingües, diglósicos, de edad avanzada, que habitan en la periferia rural de las provincias de Zamora y León, que hablan un asturleonés empobrecido y castellanizado, y que están ajenos por completo al debate de la recuperación de la lengua. Esa es la realidad del asturleonés en el viejo reino.«El principal esfuerzo de recuperación lo han de hacer los leoneses»Hoy en día nos hallamos en León en medio de un debate: primero, parece cada vez más clara la necesidad de proteger el patrimonio lingüístico (por ejemplo, ya está en el estatuto), pero después nos encontramos con dos tipos de movimientos: uno que pugna por mantenerse al lado de Asturias y otro que persigue sistematizar la lengua leonesa aparte del asturiano.
¿Cuál sería, a su juicio, la mejor fórmula para León?
-El leonés y el asturiano son la misma lengua, aunque la realidad de este idioma es muy distinta en León y en Asturias. Creo que eso está claro desde el estudio de Menéndez Pidal de 1906. Quienes defienden que el leonés y el asturiano son tan diferentes emplean pocos argumentos científicos y muchos ideológicos, y se contradicen en numerosas cosas, especialmente en la delimitación del idioma al excluir al asturiano pero tomando en consideración al mirandés, que es la más singular y diferenciada variedad de nuestro dominio lingüístico por su fonética, su léxico y su sistema verbal, y no digamos ya por su ortografía, su ubicación geográfica o su situación sociolingüística. Al parecer, para uno de esos movimientos, leonés y asturiano son realidades diferentes pero el leonés y el mirandés son la misma cosa. No le veo ningún sentido. Y es que nuestra lengua está aquí tan dañada que su recuperación plantea muchas dificultades y requiere un mínimo compromiso por parte de la sociedad leonesa, especialmente de los últimos hablantes, de las administraciones en su promoción y de la Universidad en su estudio. En mi opinión, una mínima coordinación con el proceso de recuperación de la lengua en Asturias es imprescindible, pero el principal esfuerzo ha de partir de los propios leoneses.
-¿Por qué publicar el libro en Aragón?
-O Limaco Edizions, que es muy joven pero muy profesional, está especializada en lenguas minoritarias; el editor Ferrán Marín y yo conectamos muy bien y aquí está el resultado.
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