martes, 8 de mayo de 2012

Entrevista a González Ferrero, autor del Atlas lingüístico de Sanabria, Carballeda-Requejada


(La Opinión de Zamora, 8-V-2012)

DOCTOR EN FILOLOGÍA HISPÁNICA 
Juan Carlos González Ferrero

«El leonés de Sanabria vive recluido en el ámbito familiar por la falta de prestigio»

«Krüger documenta palabras en Santa Cruz de Abranes que solo se encontraban en documentos del siglo XII»

 08:56   
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Juan Carlos González Ferrero con el Atlas Lingüístico en las manos.
Juan Carlos González Ferrero con el Atlas Lingüístico en las manos. Foto Emilio Fraile 
ARACELI SAAVEDRA Juan Carlos González Ferrero es Doctor en Filología Hispánica, profesor de Lengua y Literatura autor de Atlas Lingüístico de la Sanabria Interior y de la Carballeda-Requejada que recupera el material inédito recogido en los cuadernos de campo, recopilado por el lingüista alemán, Fritz Krüger, entre 1921 y 1922, sobre el leonés en la zona de Sanabria. Para la Escuela de Hamburgo el lingüista alemán instaura la metodología que se aplicará en las investigaciones que marcan la escuela alemana y a los lingüistas españoles. Krüger llega a documentar palabras del leonés en Santa Cruz de Abranes que a comienzos del siglo solo es posible encontrar en documentos escritos del siglo XII y XIII.

-¿Todo el trabajo que hace Krüger en los años 20 en la península quedó en el olvido?
-Yo creo que no. Lo que desaparece es el trabajo de campo que él hacía, y a partir del que elaboraba las investigaciones. Deja de haber una escuela como tal, es decir, un maestro con sus discípulos que siguiendo sus orientaciones y sus ideas se dedican a hacer sus trabajos. Él continúa con haciendo sus trabajos. En el caso concreto de España, hay una serie de investigadores que continúan el trabajo de Krüger, en el sentido de que su enfoque les incluye mucho. Un ejemplo son los atlas lingüísticos que hace Manuel Alvar, que intentó hacer este atlas, que tienen por título atlas lingüístico y etnográfico, siempre, de Andalucía, Aragón, de Canarias. La impronta de Krüger está clara. Prácticamente todos los estudios de dialectología que se hacen en España en la segunda mitad del siglo XX tienen este enfoque etnográfico, el no olvidar la cultura material, lo que son las costumbres?

-La Escuela de Hamburgo?

-Exactamente, es la impronta de la Escuela de Hamburgo que en la Filología Española es muy importante.

-Los trabajos de Los Pirineos y Sanabria son fundamentales para la línea de investigación de la Escuela Alemana.

-De los dos el trabajo fundamental para fijar la línea metodológica es el de Sanabria, La Cultura Popular en Sanabria. De ese viaje Krüger obtiene una experiencia y a partir de ahí sus alumnos van a aplicar una metodología que él crea de cómo hacer los viajes. Llega a los pueblos y siempre entra en relación con la gente a través de los curas y los maestros, que hacen de puente entre el mundo académico y el mundo rural. Hay un certificado que del maestro de Pedrazales, pero también hay una foto inédita del cura de Ribadelago, desayunando que aparecerá en un segundo libro a partir de estos materiales recuperados por Ros Fontana. Toda esa metodología es la que aplican sus discípulos.

-Hay una influencia clara de Menéndez Pidal en Krüger.

-Con el Centro de Estudios Históricos de Madrid, se nota su influencia de palabras y cosas y el hacer los estudios considerando la cultura material. Los propios campos de los mapas donde organiza el contenido como están en el atlas mío, o mejor en el atlas suyo y un poco mío. Ahí están el tiempo meteorológico, el tiempo cronológico, el terreno, los animales, las plantas, la casa, la agricultura, la ganadería. Esa forma de organizar la información es de la escuela de Krüger, aunque no es exclusiva porque hay otros filólogos que siguen este método, pero él es quizás el que mejor lo lleva a la práctica, el que más lo aplica y que usa una metodología.

-¿Se deduce que Krüger estaba impresionado de la antigüedad del dialecto?

-Y no diría exactamente que estaba impresionado, que es más bien una cuestión de emoción y esto es una cuestión de ciencia y raciocinio. Lo que ocurre es que se encuentra una variedad muy arcaica del leonés y en concreto en su obra «Mezcla de Dialectos», hablando de Santa Cruz de Abranes, dice que los rasgos de ese pueblo solamente se pueden encontrar, en la actualidad, en documentos de los siglos XII y XIII. Hasta ese punto se trata de una variedad arcaica del leonés. Otra cosa interesante es que hace una monografía sobre San Ciprián de Sanabria -que primero intentan Navarro Tomás y Américo Castro pero ninguno de los dos hacen la monografía_ porque el Centro de Estudios Históricos tenía mucho interés por la terminación «-es» que coincide con Asturias y que probaba que tenían una misma filiación leonesa las dos hablas. El primer pueblo al que va es a San Ciprián de Sanabria. Está un mes, noviembre, y recoge muchísima información para hacer la monografía, pero había otros pueblos que eran tan interesantes o más que San Ciprián, como Santa Cruz de Abranes y Rionor. Hay un pueblo de esta zona, Carbajalinos, que tienen rasgos interesantísimos que no se dan en Sanabria y que sí se dan en otros puntos del dominio leonés. Siguen siendo zonas ocasionales y aisladas, y no son rasgos muy generalizados. De la parte gallega son interesantísimos todos: Calabor, Hermisende, Lubián, Porto, todos son interesantes

- ¿Hay capacidad para imaginarse al investigador alemán recorriendo los pueblos a caballo buscando las palabras?

-De caballo nada, andando. Cuando fue al Centro de Estudios Históricos de Madrid y decidió emprender el viaje le quisieron proporcionar un burro, por lo menos para llevar la cámara, y dijo que no, que solo con la mochila. Lo cuenta en una nota necrológica que escribe Vicente García de Diego a la muerte de Krüger.

-Es significativo que los grandes lingüistas españoles se preocuparan de una zona tan pequeña.

-Pero era una zona muy interesante. De lo que se trataba era de explorar el antiguo reino de León. Pidal construyó su hipótesis de la conservación actual del leonés a partir de muy escasos datos y de informaciones indirectas. Había que ir a pie visitar los pueblos y ver lo que realmente qué había. Era dificilísimo en ese momento. En 1910 Menéndez Pidal hace una exploración en la que está Navarro Tomás por Zamora, que recorrió Sayago, Aliste y Sanabria. Krüger continúa esa exploración. Menéndez Pidal intuye que Sanabria es una comarca muy interesante. Un lugar que había estado muy aislado y que había conservado esas modalidades y esas formas de vida tradicionales, arcaicas y medievales, que eran restos de esa cultura del pueblo de León, en el sentido de las personas que vivieron en el ámbito del antiguo Reino de León. Sanabria tenía otro interés, que era un lugar fronterizo entre lo leonés, lo gallego, lo castellano, en fin todo eso le atraía.

-Se le da más valor a los trabajos de Krüger fuera que aquí. Cuando se propone traer el archivo de Argentina no hay mucho interés?

-Sí efectivamente. No sé muy bien porqué se frustró toda la gestión que hace Alvar a altísimo nivel, incluso con el ministro. Lo único que me ha llegado, a través de su viuda, es que alguien intrigó, que manipuló para que no fuera adelante por venganza personal. También me imagino que influyera en aquellos años la leyenda en torno a Krüger de su pasado nazi.

-Pero la Escuela de Hamburgo rehabilitó su figura.

-Sí, he ido recogiendo una serie de informaciones y de datos en este sentido. Ha habido artículos escritos por autores franceses, que tiene más mérito por lo que sufrieron a los alemanes, en que se ha revisado la conexión nazi de la Escuela de Hamburgo. Al final se llega a la conclusión de que no hay tal conexión. Hay una cosa muy curiosa, Krüger funda en 1928 una revista «Volkstum und Kultur der Romanen». Era una revista científica del Seminario de Hamburgo donde se publicaban los artículos de las investigaciones que se hacían. Era una revista para divulgar. En 1945 la prohiben a rajatabla. Y te preguntas qué tiene que ver el carro de Sanabria con el nazismo. Aquí hay una mala suerte de esas históricas. La palabra «Volkstum» la usaban los investigadores en el siglo XIX para referirse a las creaciones populares, al folclore. Llegan los movimientos protonazis, pangermánicos, después de la Primera Guerra Mundial, y esta palabra empiezan a pervertirla en su significado, pasando de referirse al folclore a referirse al genio nacional. Llega Hitler y esta palabra en su obra «Mi lucha», y no «rasse» (raza), es la que realmente encarna su concepto de raza aria «volkstum». Krüger en 1928 no tiene ni idea de que va a venir Hitler, y explícale al tribunal de 1945 que Krüger está hablando de folclore. Fue realmente mala suerte.

-Explica usted que ha sido complicado desentrañar las anotaciones.

- Sí. El cuaderno de campo era muy caótico «Nordeste de Sanabria I». Pensaba que iba a ser más sencillo, que figuraban las preguntas y las formas de cada uno de los pueblos. Pero aquello era un batiburrillo impresionante. Debajo de una palabra aparece una palabra que no tiene que ver, a continuación un tiempo verbal, después una lista de plantas. Me acuerdo de una muy curiosa de una lista de aves rapaces, y debajo una lista de aves pero ninguna era rapaz. Reorganicé la información, entresacar qué contenía información y en qué página aparecía.

- Krüger hace un estudio de lingüística en un momento puntual de la historia, de una sociedad rural, atrasada, etc. ¿cuántas palabras van a desaparecer?

-Pues muchísimas. Todas las que tengan que ver con actividades que ya no se realicen. Pervivirán mientras haya el recuerdo de esas actividades. Todo lo relacionado con el yugo y el arado me imagino que dentro de 25 años ya nadie conocerá esas palabras, todavía alguno que ha oído hablar a otros o las usó cuando era joven. Dentro de 50 años nadie las conocerá. Las razones por las que ha desaparecido el leonés, el sanabrés en este caso, son varias.

-Si hubiera que repetir el estudio de Krüger ahora ¿qué encontraríamos?

-Sería muy diferente en algunos aspectos. En nombres de plantas o aves, que no han cambiado, muy probablemente continúan. Los rasgos fonéticos muchos de ellos han desaparecido. Lo que me interesa señalar es que ahora mismo el leonés no tiene el uso generalizado de la época de Krüger pero eso no quiere decir que no haya personas que no conozcan el leonés e incluso que no lo usen.

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